Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

El trabajo, Señor, de cada día
nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría
de amor, que para dar tú nos has dado.
 
Paciente y larga es nuestra tarea
en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea
dale tu luz, tu fuerza que aligera.
 
En el alto gozoso del camino,
demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino;
todo lo puede en él quien nada puede. Amén.

SALMODIA

 

Ant. 1. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.

 

Salmo 118, 137-144
XVIII (Sade)

 

Señor, tú eres justo,
tus mandamientos son rectos;
has prescrito leyes justas
sumamente estables;
me consume el celo,
porque mis enemigos olvidan tus palabras.

 

Tu promesa es acrisolada,
y tu siervo la ama;
soy pequeño y despreciable,
pero no olvido tus decretos;
tu justicia es justicia eterna,
tu voluntad es verdadera.

 

Me asaltan angustias y aprietos,
tus mandatos son mi delicia;
la justicia de tus preceptos es eterna,
dame inteligencia, y tendré vida.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.

 

Ant. 2. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.

 

Salmo 87
ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO
Ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas (Lc 22, 53).
I

 

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.

 

Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa, 
soy como un inválido.

 

Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro, 
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.

 

Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.

 

Ant. 3. Te pido auxilio, Señor, no me escondas tu rostro.

 

II

 

Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos: 
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.

 

Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

 

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?

 

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. 
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?

 

Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:

 

me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Te pido auxilio, Señor, no me escondas tu rostro.

TERCIA

LECTURA BREVE Ga 6, 8

Lo que uno siembre, eso cosechará. El que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.

V. Dichosos los que con vida intachable.
R. Caminan en la voluntad del Señor.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que has manifestado a santa Brígida secretos celestiales mientras meditaba la Pasión de tu Hijo, concédenos a nosotros, tus siervos, gozarnos siempre en la manifestación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE 1 Co 9, 26. 27a

Yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío, sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo.

V. Encontré al amor de mi alma.
R. Lo abracé y ya no lo soltaré.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que has manifestado a santa Brígida secretos celestiales mientras meditaba la Pasión de tu Hijo, concédenos a nosotros, tus siervos, gozarnos siempre en la manifestación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Flp 4, 8, 9b

Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta, hermanos. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

V. Para ti es mi música, Señor.
R. Voy a explicar el camino perfecto.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que has manifestado a santa Brígida secretos celestiales mientras meditaba la Pasión de tu Hijo, concédenos a nosotros, tus siervos, gozarnos siempre en la manifestación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.